HISTORIA.
La Obra dela Infancia Misionera fue fundada en 1 843, por un Obispo francés, Monseñor Carlos Augusto Forbin-Janson, motivado pr las cartas y noticias de misioneros que le escribían, sobre todo desde China, contándole la difícil situación de las niñas de ese país. Comenzó a solicitar ayuda y de acuerdo con Paulina Jaricot, que en 1 822 había fundado la Obra de la Propagación de la Fe, pensó en otra obra en la que los niños cristianos ayudarían a los niños de los países de misión, con sus oraciones y algo de dinero al mes. ¡Ayudar a los niños a través de los niños!.
Cuando Monseñor Forbin-Janson murió en 1 844, "La Santa Ifancia", hoy "Infancia Misionera", ya agrupaba a niños de 65 diócesis de Europa, y pronto se extendió también por América (en la actualidad, está establecida en más de 100 naciones).
Desde un principio, la Obra tuvo el apoyo y la aprobación del Papa. en 1 922 Pío XI la elevó a la categoría de Pontificia y en 1 950 Pio XII instituyó el Domingo Mundial de la Infancia Misionera.
Juan Pablo II, tiene una espcial predilección por los niños de la Infancia Misionera y en su viaje a Colombia, en un encuentro con un grupo de representantes, les dirigió estas significativas palabras:
Es una alegría para el Papa saber que colaboráis con él en esa Obra Misionera que Jesús le ha encomendado para llevar el Evangelio a todo el mundo.
Sí, sois mis colaboradores, mis pequeños grandes colaboradores en la difusión del Evangelio.
Colaboráis conmigo porque os unís a las instituciones misionales del Papa, ante todo conla oración, después con el buen comportamiento en vuestras casas y con vuestros compañeros y también co las limosnas para las misiones, que son frutos de privacioens y sacrificios. Donde vosotros no podéis llegar con vuestra palabra, llegasd con vuestra oración y vuestros sacrificios".
En la Encíclica "La Misión del Redentor", se reconoce la importancia de las Obras Misionales Pontificias, para promover el espíritu misionero dentro de pueblo de Dios y citando el Decreto D.C. Ad-Gentes, reafirma: "Estas Obras por ser del Papa y del Colegio Episcopal, incluso en el ámbito de las Iglesias particulares, deben ocupar contodo derecho el primer lugar, pues son medios para difundir entre los católicos desde la Infancia, el sentido verdaderamente universal y misionero y para estimular la recogida eficaz de subsidios en favor de todas las misiones, según las necesidades de cada una".